Decálogo de la novia perfecta

Estos son los diez puntos que convertirán en realidad el sueño de toda una vida: tu boda. Sé la novia perfecta siguiendo estos pequeños consejos.

Vive ese maravilloso momento como siempre lo imaginaste, lógralo con estos diez puntos básicos que, sin duda, facilitarán la organización del festejo de tus sueños.

 

1. Planear con anticipación

La recomendación es planear tu boda al menos con un año de anticipación. Una vez decidida la fecha hay que tomar la mejor de las agendas y empezar a llenarla con todas las actividades por realizar, como recabar y actualizar papeles para el civil y lo religioso, inscribirse y tomar los cursos prematrimoniales, realizar análisis clínicos, visitar casas de novia y diseñadores, salones, banqueteros, músicos, etcétera.

Trata de cumplir con las actividades programadas al pie de la letra para que la planeación dé resultados. Agenda tus actividades basada en tus tiempos libres a fin de que puedas cumplirlas; es decir, no planees ver vestidos de novia entre semana si eres una mujer que trabaja en horario de oficina, hacerlo sólo te abrumará pues será un pendiente que nunca podrá ser cubierto. Mejor dedica los sábados a ello e invita a tu mamá o a tu mejor amiga para que te acompañen.

 

2. Establecer presupuesto

Establece un techo presupuestal, es decir, de cuánto dinero disponen y cuánto será destinado a la boda. Una vez delimitada la cantidad, divídanla en partidas presupuestales destinando cantidades razonables para cada rubro: cuánto para la fiesta, para el ajuar, para el civil, para la luna de miel, etcétera. Seguir al pie de la leta su presupuesto les permitirá tener el control de los gastos.

 

3. Aprovechar descuentos

Los prestadores de servicios casi siempre ofrecen un descuento entre el 5 y el 10 por ciento en la liquidación temprana del evento. ¡Pregunta!, que no te dé pena, y valoren si les conviene descapitalizarse liquidando al momento el servicio o si prefieren seguir “jineteando” el dinero.

También puedes encontrar promociones o descuentos por casarte en ciertos días, temporadas u horarios. Pregunta y si es posible, aprovéchalas. Hacer una boda es igual que ir a la plaza y buscar el mejor precio; en una de esas, encuentras un descuentazo y con lo ahorrado puedes comprar algo más.

 

4. Solicitar recomendaciones

Pide recomendaciones de los prestadores de servicios antes contratarlos; pregunta por su calidad, experiencia, profesionalismo, capacidad para enfrentar situaciones extraordinarias, puntualidad en la entrega, etcétera.

Hablar con clientes anteriores siempre es la mejor manera de saber si el prestador que quieres contratar te ofrecerá un buen servicio o producto. No dudes en preguntar, quienes están seguros de su calidad y experiencia siempre estarán dispuestos a darte el teléfono de clientes anteriores a los que podrás llamar con toda confianza. Un cliente satisfecho es la mejor garantía de un buen servicio, un mal comentario es suficiente para pensarlo dos veces.

 

5. Ser flexible

Tu boda es el festejo más importante de tu vida, y armar el sueño ha sido tarea de muchos años; sin embargo, a veces es difícil poder hacer realidad tal o cual cosa, ya que cuesta trabajo aterrizar un castillo en plena ciudad. Así que no te cierres a las posibilidades que los prestadores de servicios pueden ofrecerte para que puedas tener algo más acercado a tu ideal.

Si has pedido ayuda económica a la familia o a los amigos, la flexibilidad tendrá que ser tu mayor aliado, puesto que no siempre te darán lo que deseas, así que te tendrás que adaptarte a lo que te ofrecen.

6. Expresar necesidades

Expresa exactamente tus necesidades, gustos y preferencias. No des por sentado nada, a veces lo que tú piensas o quieres no es lo que la gente entiende. Hay que ser lo suficientemente clara para evitar malos entendidos.

Al momento de contratar pregunta todo cuánto sea necesario para que tengas una idea concreta de lo que te están ofreciendo; y tú, explica casi casi con manzanas y peras lo que quieres. Así harás que tus deseos sean captados tal cual los tienes en la mente. Hablar las cosas lo más claro posible evitará frases frustradas como “Yo pensé que iba a ser de tal o cual manera”, “Es que yo creí que las flores serían casablancas y no margaritas”… pues al momento de decir esto, quizá ya no haya tiempo de remediarlo.

 

7. Leer las letras pequeñas

¡Lee las letritas del contrato! Al momento de firmar cualquier contrato, aún cuándo tengas prisa o demasiada pereza mental, lee todas las páginas para que sepas cuáles son tus derechos y obligaciones en el servicio por el que vas a pagar. Más vale que preguntes antes de firmar a que estés buscando cómo remediar imprevistos.

Revisa con detenimiento las cláusulas sobre cancelaciones, cambio de fecha y situaciones imprevistas y que te quede muy claro de qué manera quedas tu protegida en caso de que por algún extraño motivo del destino
el proveedor te quedará mal.

Poner los puntos sobre las íes desde un inicio es lo mejor, así todos quedan claros y ciertos de lo que pueden esperar de ambas partes. Son transacciones comerciales y ni al proveedor ni a ti les convendrá quedar mal.

8. Confiar en los expertos

La gente que contratas por lo general tiene años de experiencia en lo que hace, por tanto, tienen la sartén por el mango y tendrán la capacidad para resolver cualquier cantidad de situaciones que para ellos ya resultan el pan de cada día.

Déjalos hacer su trabajo y si tienes duda sobre tal o cual cosa, no pases tu noche en vela pensando cómo resolverlo, mejor llámale a quien sí sabe y te lo arreglará en un minuto porque, precisamente, ese es su trabajo.

9. Involucrar familiares

Que la familia forme parte del día más importante de tu vida es una manera fabulosa de compartir con ellos tu felicidad; invítalos a leer lecturas y el salmo en la iglesia, a que sean tus testigos en el civil, a que tus sobrinos sean los pajes o a que tus hermanas entreguen los recuerditos.

Pero, no pongas a tu hermano o cuñado a cuidar los vinos, a recibir proveedores o a cosas que les impidan disfrutar de la fiesta. Generalmente, la familia es quien te va a apoyar al cien en ese día así que recurre a ellos sólo en caso de que no haya más opción, es decir, en caso de que el proveedor tenga serias carencias o no pueda resolverlo de manera satisfactoria.

 

10. Olvidar el estrés

Las bodas son una fuente inagotable de estrés y de ti depende qué tanto te dejas ser presa de sus garras.

Algún tipo de terapia alternativa podrá aligerar las cargas de estrés, tal como los remedios florares u homeopáticos o hasta la tradicional herbolaria de las abuelitas. En caso de que no seas partidaria de terapias así, los masajes relajantes son un oasis de paz y tranquilidad que te llenarán de equilibrio y armonía, lista para disfrutar al cien tu Gran Día.

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