Matrimonio Vs. Éxito profesional

Si tu dilema es hogar o profesión, no te compliques la existencia: aprende a negociar tu vida laborar sin afectar tu futuro matrimonio.

Estás a punto de casarte, todo a tu alrededor gira dentro a una atmósfera de amor, ilusiones y sueños, pero —sí, siempre existe ese ‘pero’ que todas odiamos y más aún si se encuentra invadiendo nuestro tan anhelado “Y vivieron felices por siempre”—, en tu caso, lo que percibes dentro de tu mundo perfecto pre-boda es una ligera molestia por parte de tu pareja cuando le hablas del próximo ascenso laboral que te darán regresando de tu luna de miel, o cuando le platicas de tus planes de desarrollo y crecimiento profesional, o peor aún: él ya te haya dicho claramente y con todas sus letras que quiere que te conviertas en la imagen de perfecta, amorosa y abnegada esposa, dulce mujer y madre entregada al hogar que él siempre soñó, tal como lo es su adorada mami.

 

Claro está que tú ni pensabas ni piensas dejar tu trabajo y, mucho menos, convertirte en mezcla de retrato y clon de su querida mamita; pero entonces, ¿qué hacer?, ¿cómo dejarle bien claro que el continuar con tu carrera y buscar un exitoso futuro profesional no significa que lo ames menos o que quedará en segundo plano en tu vida? Cómo negociar ese ganar-ganar del que tanto nos hablaron nuestros maestros en las clases de administración, enfocándolo ahora a la decisión más importante de tu vida: el matrimonio.

 

Por supuesto que no te vas a poner en huelga de hambre durante 40 días como lo hizo Gandhi. Aunque de momento tu estado de shock por la postura de tu pareja no te deje verlo, hay varias opciones que pueden evaluar y analizar conjuntamente para lograr ese ganar-ganar en el que la clave será la negociación, palabra que, por cierto, nunca deberán olvidar a lo largo de todas las situaciones y procesos por los cuales pasarán como matrimonio, porque recordemos que la base de toda relación afectiva es la comunicación. Aquí te presentamos sólo algunas alternativas para saltar este pequeño obstáculo en la carrera del “Y vivieron felices por siempre”.  

La Jolie versión ejecutiva

Déjale claro que no eres la nueva versión ejecutiva de Angelina Jolie “devoradora de hombres” en tu oficina. Es muy importante que ante todo y en cualquier momento, le des su lugar a tu prometido: como pareja y como futuro esposo, haciéndolo sentir parte de tu vida y compartiendo con él la toma de decisiones. Explícale que ni eres la Lara Stone por la que todos mueren en la oficina, ni tus compañeros y mucho menos tu jefe —en el caso de que sea hombre— conforman el grupo de pirañas que imagina. Intégralo a las actividades sociales de tu trabajo; pídele que te acompañe a las reuniones organizadas por tus compañeros; preséntalo siempre como tu prometido o esposo según sea el caso, y muy importante: en la primera oportunidad que tengas preséntale a tu jefe o si tienes la maravillosa oportunidad llévalo a algún evento o cena donde lo pueda conocer de una manera menos formal. Estas sencillas prácticas lo harán saber que, para ti, él está en primer lugar en tu escala de prioridades.

Trabajo de medio tiempo

Analiza la opción de un trabajo de medio tiempo, ya sea que la empresa donde te desempeñas lo permita o, bien, si estás dispuesta, busca una nueva opción donde puedas hacerlo, de esta manera podrás combinar y atender a la perfección tus dos roles: el profesional y el personal.

Consultoría – docencia

Puedes probar incursionando en el campo de la consultoría ofreciendo cursos de capacitación en tu ramo a diversas empresas o profesionistas; esto te permitirá programar tus tiempos y agendarlos como mejor te parezca. También puedes adentrarte al mundo de la docencia impartiendo clases en universidades o niveles de postgrados; esto, además de una remuneración económica te dejará una gran satisfacción y aprendizaje personal al convivir con jóvenes llenos de energía o personas adultas colmadas de experiencias de vida que te brindarán un invaluable desarrollo como ser humano. Claro que en ambos casos habrá que tomar previamente algún tipo de capacitación para este fin.

Ser tu propio jefe

Y ¿por qué no? Después de todo estás muy bien preparada y tu experiencia profesional te respalda. Poner tu propio negocio es una buena opción para realizarte profesionalmente al mismo tiempo que inicias tu vida en pareja, además de ofrecerte otros beneficios como: poner tus propios horarios, manejar tu forma de trabajo a tu entero gusto, programar tus vacaciones en cualquier fecha del año y, claro, disponer de más tiempo para dedicarlo a tu nueva familia.

Freelance

Por último, tenemos esta opción que a últimos tiempos se ha incrementado y hecho más popular debido a las facilidades que otorga a quienes la ejercen: convertirte en freelance o trabajador independiente. Esta modalidad te permitirá realizar todas tus actividades laborales desde casa enviando por Internet los resultados; trabajarás a tu propio ritmo y administrarás tu tiempo de la manera que mejor te parezca; tú decides con quién trabajar al elegir las empresas a las cuales deseas prestar tus servicios; no estás obligada a cumplir un horario dentro de una oficina, obteniendo así el equilibrio y balance entre trabajo y matrimonio en la medida en que te organices y conforme a la cantidad de trabajo que aceptes.

Como puedes ver, existen muchas manera yprácticas que puedes utilizar para desarrollarte en los dos ámbitos, la clave será siempre la comunicación y negociación con tu pareja, así como el saber administrar tus tiempos. Hablen y analicen las diversas opciones que tienen para que los dos salgan con ganancias sin darle lugar a las pérdidas.

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