Las coincidencias

Milagro, buena suerte, azar, sincronicidad y coincidencia son
distintas formas de referirse a un mismo fenómeno…

La inteligencia del cuerpo se manifiesta a través de
la coincidencia y la sincronicidad. Las personas que no se interesan en la espiritualidad atribuyen los
sucesos a la suerte; la suerte no es más que la aplicación de la sincronicidad
en el cumplimiento de nuestras intenciones. Cada coincidencia se convierte en
una oportunidad para encontrarle el significado a la vida diaria.

Carl Jung, psicólogo suizo, fue el primer pensador moderno que
definió el misterioso fenómeno de las coincidencias llamándolo
«sincronicidad», la percepción de una coincidencia significativa. El
catedrático sostuvo que la sincronicidad era un principio no-causal en el
universo, una ley que funcionaba para llevar a los seres humanos hacia un mayor
desarrollo de la conciencia.

 

¿Qué
significan las coincidencias?

El significado no proviene de la coincidencia misma
sino de la persona que lo experimenta; de hecho, sin nuestra participación
ningún suceso tendría significado. Somos nosotros quienes damos significado a
los acontecimientos y lo hacemos a través de la intención. Las coincidencias
son mensajes, formas de comunicación a las que debemos hacer caso.

Si se presta atención a las coincidencias de la vida, se
instruye a escuchar sus mensajes claramente; si se comprende la fuerza que le
da forma a las coincidencias, se puede influir en ellas. Al crear un conjunto
propio de coincidencias significativas, se pueden aprovechar las oportunidades,
la vida depende en gran medida de los encuentros, de los giros del destino y de
cómo tomar el camino. 

En infinidad de
ocasiones a lo largo de mi labor como terapeuta, han llegado a la consulta
personas que han peregrinado de un tratamiento a otro, sin sentir mejoría y que
de pronto al sentir empatía abren la caja fuerte donde habían guardado
acontecimientos dolorosos que no habían compartido con nadie más y al
comunicarlos se liberan de una gran carga de síntomas y de enfermedades
psicosomáticas.

Una
muestra de coincidencia, “llamado” o causalidad es el de Martha que reside en
Colima. Recibió una invitación para asistir a un taller, sintió el “llamado”, tenía que asistir. En el
desarrollo del curso, se cambió varias veces hasta que encontró su lugar. En
una de las dinámicas su compañera de al lado compartió con gran dolor la muerte
de su bebé, de pronto, Martha sintió un dolor en el pecho, con el apoyo de la
facilitadora pudo darse cuenta del “llamado”, con lágrimas en los ojos se
identificó: “Cuando nací me quedé sin madre”. Tenía meses de nacida cuando su
madre enfermó de cáncer y al poco tiempo murió, se abrasaron las dos, lloraron
hasta que se liberaron. Podríamos decir que fue una coincidencia el que ella
asistiera a ese taller y se sentara justo al lado de esa persona; esa
coincidencia la llevó a liberarse de una gran carga emocional que traía dentro.
Un acontecimiento lleno de significado.

Lilia se casó hace
varios años. Cuando el sacerdote le preguntó que si aceptaba a José como su
esposo, las lágrimas no le permitieron responder, el sacerdote le comunicó que
esperaría hasta que se calmara para escuchar su respuesta, el tiempo pasaba;
más de media hora. Por fin pudo hablar, “Sí, acepto” fue su respuesta, de
cualquier manera al salir no se veía contenta. Años después descifró el
mensaje: su esposo tenía otra pareja. Terminaron en divorcio. 

 

La intención

La intención genera coincidencias, es la
razón por lo qué, cuando pensamos en algo ocurre. Todo lo que ocurre en el
universo se origina con la intención, esta posibilidad surge de la mente
universal o inconsciente colectivo localizado en la mente individual, una vez
localizada, se convierte en realidad física. La intención es una forma de
satisfacer una necesidad, de un objeto material o de una relación afectiva. “La
intención es una fuerza de la naturaleza”, mantiene el equilibrio de todos los
elementos y las fuerzas que permiten al universo seguir evolucionando. Cuando
la intención se repite y se manifiesta como realidad física organiza toda la
creatividad.

Para que se presente la creatividad se tiene que aprender a pensar y
soñar lo imposible; con los pensamientos repetidos, lo imposible se hace
posible, por medio de la intención. La mente no racional, es decir el alma o
espíritu es la conciencia universal, la gran fuerza organizadora, se vincula con todas las cosas, es completa
en sí misma, además atrae el amor y la aceptación.

Los seres humanos somos
capaces de crear cambios positivos en nuestra vida a través de la intención.
¿En que momento perdemos la habilidad de crear esos cambios positivos? Al
integrarse los niños al mundo de las reglas, la disciplina y de la importancia
que se da a la lógica, es ahí donde se pierde el potencial infinito de
posibilidades. Además, como occidentales no tenemos la costumbre de la
meditación, de la introspección, por lo que se va perdiendo la intuición que es
la parte sabia, la conexión con el universo, con la mente, el cuerpo y el
espíritu. Un nivel más profundo de posibilidades infinitas.

 

Recomendaciones

  • Las
    personas sensibles a los acontecimientos son sensibles a las coincidencias
    que les envía el universo.
  • Por
    lo menos una vez al día concéntrate durante uno o dos minutos en los cinco
    sentidos: vista, oído, gusto, tacto y olfato.
  • Cuando
    surja una coincidencia pregúntate ¿cuál es el mensaje? No busques la
    respuesta, formula la pregunta y la respuesta surgirá.
  • Cierra
    los ojos. Percibe lo que hay en el ambiente: ¿qué escuchas?, ¿a qué sabe,
    qué sientes, qué hueles? Toma conciencia de los sentidos. 

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