La crisis de una década

¿Te ha pasado que al
cruzar las barreras de los 30, 40 o 50 años de edad, enfrentas crisis
existenciales, porque crees que la juventud y todas sus cualidades se te van de
las manos?

Cada año de tu vida, sin
importar cuántos sean, representan un cúmulo de experiencias vividas, de
aprendizajes y sobre todo de madurez física y mental, que hace de ti una mujer
valiosa e irrepetible. ¿Por qué te sientes triste o mal, si la existencia tiene
maravillas reservadas para ti?

Y es que no se trata de
ver sólo un punto negro, sino de reflexionar y evaluar qué has logrado, qué
huella has dejado en tu familia, en tu trabajo, a quién has amado, cómo has
crecido. Date cuenta de que en actualidad existen mujeres maduras que llevan
una vida plena, exitosa y además, tienen muchos proyectos, sueños e ilusiones
por realizar, lo cual es un indicativo de que la edad no es un motivo para
dejar de esforzarse y disfrutar al máximo cada momento.

La maestra en psicología
Norma Contreras García, directora del Centro de Atención Psicológica en
Intervención de Crisis y Estrés Postraumático (CAPYCEP) e investigadora del
Programa Interdisciplinario de Atención a la Violencia Sexual y Estudios de
Género (PIAV), señala que este tipo de crisis se origina “porque nos aterra
entrar en otra etapa y soltar algo que pertenece al pasado. Sin embargo, el
desarrollo del ser humano atraviesa por crisis naturales constantes: dejar de ser
niño y convertirte en adolescente; la culminación de cada ciclo escolar, dejar
los grupos de pertenencia de los que has formado parte o vivir en pareja y
hacer frente a nuevas responsabilidades. Los cambios son el eje de la vida.
Ahora estás en posibilidad de decir: ésta soy yo; he dejado atrás otras etapas,
pero recibo a la adulta con los brazos abiertos”.

Acepta la vida como
viene

La edad es una forma de
medir el tiempo, que no debe de determinar el periodo del que dispones para
llegar a una meta o para cumplir con los estereotipos ligados a la edad, como
es el hecho de terminar una carrera, de casarte, de ser madre y de alcanzar el
éxito; pues son estos elementos los que te orillan a enfrentar la llegada de
una nueva década de vida, como una enorme carga e incluso, un motivo más que
suficiente para sentirte frustrada y triste.

No se trata de ver la
vida con resignación, pues como se explica en el libro “Los cambios en la vida
de las mujeres”, Editorial Paidós: “Resignarse es renunciar, desde el principio,
a buscar posiciones que permitan encontrar formas positivas para afrontar
momentos que nos resultan adversos. La aceptación, implica en cambio, ejercitar
el criterio de realidad. Es la capacidad para ver las cosas como son —aunque no nos gusten— y entender que
se ha producido una transformación”.

¿Por qué existen mujeres
que se ven afectadas por el paso de los años y otras no? ¿A qué se deben estas
crisis? La maestra Contreras explica: “La diferencia está en la actitud para
ver la vida, en las expectativas de cada mujer, en la realización de proyectos
personales. Hay quien llega a los 40 saludable, con una profesión que disfruta
y valora lo que ha logrado. Pero también hay mujeres que se enfocan en el lado
negativo: no hice, no compré, no tengo negocio propio, mira cómo está mi cara.
Es cuestión de actitud”.

En este siglo existen
innumerables oportunidades para las mujeres, porque ellas mismas construyen.
Trata de ser muy amorosa contigo, todos los cambios son parte del proceso de la
vida y hay que asimilarlo así. Entre más dejes ir, vas a tener las manos libres
para recibir todas las maravillas de la vida. Tú puedes elegir la forma en que
afrontas lo que viene, lo que se puede y lo que no se puede en cada década que
atraviesas.

 

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