Renovación de votos

Renovar los votos matrimoniales es reafirmar los juramentos de amor que la pareja ha realizado frente al altar el día de su boda. Las bodas de oro o de plata serán la mejor ocasión para volver a darse el “Sí”. Anima a tus papás y juntos comiencen a planear el festejo.

Festejar un año más de matrimonio, más aún cuando celebramos las bodas de plata o de oro, es un acontecimiento que implica gratas experiencias compartidas, dificultades superadas y proyectos logrados, vivencias que en conjunto han cimentado el amor de la pareja renovando día con día la confianza, el respeto, el apoyo y la comprensión que desde el primer día de su noviazgo se prodigaron.

Estos grandes aniversarios suelen ser planeados y organizados por los esposos y sus hijos. Al tener ya la experiencia de la boda por parte de los papás, la ventaja de la tecnología por parte los hijos y los atractivos paquetes y gran experiencia de los prestadores de servicios, la planeación resultará mucho más sencilla. No pierdan de vista esta maravillosa fecha y decídanse no sólo a celebrarlo, sino a renovar el bello juramento que proclamaron frente al altar.

Ceremonia religiosa
La celebración de la misa será primordial, habrá que cuidar cada detalle para que todo resulte inolvidable. Si deciden renovar sus votos avisen con tiempo al sacerdote para que tome las previsiones necesarias. En este caso el intercambio de votos es el mismo que se realiza en la boda, aunque hay parejas que prefieren crear votos nuevos basados en su experiencia y hasta incluyendo promesas dedicadas a sus hijos.

En la celebración pidan a su hijos y a las personas más cercanas a su matrimonio que sean partícipes de ella leyendo las lecturas o el salmo, entregando los anillos (en caso de renovar sus votos), llevando las ofrendas y entregando los recuerdos. Si tienen un sacerdote amigo, invítenlo a oficiar su misa.

El cortejo estará compuesto por los hijos quienes podrán entrar del brazo de su pareja o solos, como lo prefieran. Su ubicación será en las bancas de adelante, de un lado los hombres y de otro las mujeres si es una familia extensa, o en lugares colocados tras los esposos, a manera de padrinos. Al entrar, ingresan primero los hijos y posteriormente los esposos, la salida será igual.

La Oración de los Fieles se proclama al finalizar el Credo, en ella se pide por las necesidades de los fieles; pidan al sacerdote que permita a sus hijos redactar y leer estas peticiones, enfocadas a su matrimonio, por ejemplo: “Te pedimos Señor por que continúes llenando de bendiciones el matrimonio de mis padres”. Al finalizar la misa, la esposa podrá nuevamente ofrecer el ramo a la Virgen, tal como lo hizo en el día de su boda.

Festejo
El festejo será totalmente a su gusto, desde los invitados hasta la música. Pueden invitar solo amigos y familiares de su edad o permitir que vayan amigos de sus hijos y nietos; el primer caso es el más tradicional y nos atreveríamos a decir que el más bello, pues los festejados viven realmente una boda a su gusto.

La música, parte fundamental de este acontecimiento, puede ser de su época dorada: mambo, cha cha chá, boleros, etcétera, o una enorme orquesta al estilo de sus bellos tiempos. Si quieren algo más abierto, el grupo versátil es una excelente opción. La decoración será de un estilo sobrio, aunque siempre dentro del gusto de los homenajeados. La mesa de honor puede convertirse en la mesa de la familia donde sus hijos estarán a su lado.

Tradiciones como el vals son imposibles de omitir, pero esta vez sólo bailarán los homenajeados. El brindis puede ser pronunciado por uno o todos sus hijos, esto dependerá de ellos. Un buen regalo que sus hijos podrían hacerles es recrear un video con fotos de la historia familiar para proyectarlo en el festejo.

El banquete, centros de mesa, decoración, bebidas y todo lo demás es al gusto de los papás, pero siempre asesorados por los expertos profesionales quienes de acuerdo a su presupuesto les harán interesantes propuestas.

Invitaciones
En esta ocasión los que invitan o participan el aniversario son los hijos, así que sus nombres figurarán primero y en seguida se colocarán los de los papás, mencionando el número de aniversario, fecha, hora y lugar de la celebración. Hagan su listado previo de invitados y manden hacer algunas invitaciones extra por si olvidaran incluir a alguien. Si deciden hacer programas de la celebración religiosa —o en las mismas invitaciones—, incluyan la fotografía de su boda o una acompañados por sus hijos, eso le dará un toque más personal.

Vestimenta
Este será tu segundo Gran Día, ahora con mayor trascendencia pues estarás festejando décadas de amor compartido y la creación y educación de una familia. No se vale eso de querer ahorrar en el peinado y en el maquillaje por tener unas arruguitas extra ni usar el mismo vestido de siempre porque los kilitos de amor ‘no dejan lucir el modelito nuevo’. Esta fecha es tan o más importante que su boda, así que igual que aquel día, a sacar cita con estilista, maquillista y diseñador.

Elijan un vestido con el que se sientan cómodas, de su gusto y acorde a su cuerpo y edad. Cero escotes pronunciados y nada de ropa provocativa. Si es época de calor texturas vaporosas y frescas: chifón, organza; en invierno telas más abrigadoras: seda, satín, brocados. Lo ideal es que permitan holgura y comodidad, sin perder la elegancia. En colores puedes elegir acorde al aniversario: si son bodas de oro, el dorado, si son de plata, el gris o acero, o un color a tu gusto: beige, crema, hueso, champaña, rojo, morado oscuro, marrón, verde botella, etcétera. No se recomienda el color negro. Los colores clásicos y las telas lisas son la mejor opción cuando no se quiere fallar.

Hay vestidos con lindas chaquetas ligeramente ceñidas al cuerpo que ayudan a disimular la figura, pueden ser de la misma textura o de gasa, lucen de maravilla con vestidos de tirantes o de escote ojal sin manga; incluso los corsés pueden ser una buena idea, eso dependerá de tu gusto. Largos a media pantorrilla o a los tobillos, aplicaciones de pedrería o encaje, zapatillas cómodas (se vale el tacón bajo), bolso a juego y discretas joyas, serán los complementos perfectos. Nada de exageraciones, la sencillez siempre será tu mejor aliado.

Para los papás, imprescindible el traje, puede ser esmoquin o chaqué, si es muy formal opten por el frac. Los hijos pueden elegir el modelo y color de traje de su preferencia, oscuros para las noches y claros para el día; las hijas el color y diseño que más les agrade, siempre cuidando no exagerar en su arreglo, pues la festejada es mamá. Lo importante tanto para los papás como para los hijos, será sentirse cómodos con su arreglo.

Ya no hay pretexto, ahora tienes todas la pautas para iniciar con este gran festejo que es, hoy por hoy, el sueño de todas las parejas. ¡Felicidades!

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